El arte de freír el pescaíto: historia y orígenes
El pescaíto frito, más que un plato, se ha convertido en una tradición del sur de España. Cádiz, Málaga y Huelva son las tres provincias que más han trabajado esta forma de cocinar el pescado, perfeccionando la técnica como en ningún otro punto de la geografía española.
Pero el pescaíto frito no es algo nuevo. Se trata de una tradición muy antigua que lleva siglos trabajándose en estos lugares. Para aquellos que no lo sepan, el pescaíto frito consiste en la fritura de determinados pescados propios de la zona en aceite de oliva caliente, después de haberlo salado y rebozado con harina de trigo de la mejor calidad.
Normalmente, no encontraremos un atún como pescaíto frito. Normalmente, se prefieren las especies más pequeñas, que tienen un sabor especial y aportan una textura crujiente por fuera y jugosa por dentro. Por ejemplo, las estrellas del pescaíto frito suelen ser los choquitos, los calamaritos, las acedías o los boquerones.
Otros pescados más grandes también se pueden cocinar de esta peculiar manera, aunque se suelen cortar en trozos o en rodajas, como por ejemplo, la pescada o el cazón (que se adoba antes, para tener un sabor característico).
El pescaíto frito se come recién hecho, que se sirve junto a gajos de limón y una buena cerveza o vino blanco de la tierra. Servido así, no existe un plato de pescaíto frito que no triunfe.
Historia del pescaíto frito
Como decíamos, la historia del pescaíto frito es muy extensa, y se trata de un plato que tiene sus orígenes en los navegantes fenicios. Más tarde, durante el periodo de conquista romana, también era un plato famoso que se acompañaba con “garum”, una salsa muy famosa conocida en todo el mediterráneo. Los sefarditas por su parte, también lo acompañaban con salsa, como por ejemplo, una vinagreta a la que se le añadían diferentes hierbas.
Más tarde, ya en el siglo XVIII, es posible encontrar diferentes descripciones de viajeros sobre las costumbres de comer pescaíto frito en ciertas partes de Andalucía. Así, sabemos que por 1812, tiempos de la firma de la constitución, Cádiz contaba ya con 84 freidores.
El pescaíto frito forma parte de la gastronomía andaluza y gaditana, desde hace muchos siglos, por eso el arte de prepararlo se ha perfeccionado tanto. Para muchos es una delicia gastronómica propia de gourmets, y para otros, un plato que forma parte de su día a día. En ambos casos, estamos seguros de que se trata de algo realmente delicioso.